viernes, 31 de octubre de 2014



Ahora hablaremos un poco de lo DULCES TÍPICOS DE PUEBLA, que como sabrán son una delicia.

En México  los dulces existen prácticamente desde la época prehispánica y con la llegada de los españoles se fueron mezclando ingredientes, creando sabores y texturas únicas en el mundo, es muy bueno saber que aunque ya ha pasado mucho tiempo cada estado tiene por lo menos un dulce típico  que regalarle al viajero, pero uno de los lugares más sobresalientes en lo que se refiere a dulces típicos es Puebla.

Los dulces típicos de Puebla  han sido desde la época Colonial considerados una verdadera delicia, incluso eran tan famosos que se construyó un edificio imitando en sus adornos a los alfeñiques (dulces de pasta de azúcar con aceite de almendra, de aquí que a este edificio se le llamara "la Casa del Alfeñique", una joya colonial.

Entre los dulces poblanos más conocidos están los polvorones, las obleas con miel, las pepitorias, los alfajores, las pepitas de calabaza, los buñuelos, los deliciosos borrachitos, entre muchos otros, pero sin lugar a dudas el más famoso es el camote.


Se dice que el dulce del camote tuvo un origen un poco casual ya que en un convento de monjas, uno de los pequeños decidió hacerle una broma a una monja que tenía una olla al fuego; cogió un camote, lo echó a la olla, lo revolvió con azúcar y lo batió para que se formara una masa que fuera difícil de quitar a la hora de lavarla. Al poco rato llegó la monja, probó la revoltura y le gustó. Según de ahí nació este dulce tan reconocido a nivel mundial.



Es tanta la importancia de esta dulce tradición que si vas a la ciudad de Puebla, en pleno Centro histórico pregunta por la calle de los Dulces y cualquiera te dirá su ubicación y las tiendas que hay ahí ofrecen una gran variedad de dulces, además que en esta misma calle también podrás encontrar mucha artesanía.




Estos son algunos ejemplos, ya que los dulces típicos cuentan con una gran variedad de sabores y tamaños, que iremos abordadando poco a poco. 







domingo, 26 de octubre de 2014

Los esquites son antojitos mexicanos muy populares en todo el país.Las tiendas y los puestos que venden elotes suelen vender también esquites. La palabra esquites o ezquites proviene del nahuatl ízquitl, de icehqui 'tostar (en comal)', son los granos de elote hervidos en agua con sal, epazote y otras hierbas de olor. Se preparan friendo cebolla y chiles verdes picados en mantequilla y posteriormente se le agrega el elote, el agua y sal. Son servidos en un vaso, se toman calientes y con cuchara, y normalmente se les agrega jugo de limón, chile y sal. Se le puede agregar mayonesa o crema y queso canasta rallado.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Los hispanos introdujeron en la Nueva España la técnica de freír y trajeron hábitos alimenticios donde las “empanadillas y txalupas” si eran socorridas, no en la forma hoy conocida. Zalacaín invitó al grupo a reflexionar: los conquistados tenían alimentación definida, los conquistadores también y ambas culturas fueron fusionándose. El maíz, originario del Nuevo Continente, llegó a España en 1603; Gonzalo Méndez dejó de ser gobernador de La Florida y en dos arcas llevó las semillas y promovió su cultivo, en 1605 se supo de la primera cosecha de maíz en Asturias, sus granos fueron usados para animales de corral.

Los interlocutores escuchaban sin comentar, alguien pidió unos molotes por los rumbos de El Carmen, Zalacaín seguía disertando: Por hambre y malas cosechas los asturianos de finales del XVIII se vieron en la necesidad de usar el maíz como alimento, molieron los granos y obtuvieron harina, con ella prepararon panes como la “boroña” asturiana, del celta “borona” –pan de mijo–, la harina se mezclaba con la de trigo de escanda, una vez horneada se freía, también una empanada grande rellena de chorizo y cerdo llamada “boroña preñada”. En el siglo XIX aparecieron varias recetas con harina de maíz la “fariñón”, morcilla con harina, el “pantruque”, rollo de harina de maíz con tocino y huevo; y los “tortos”, lo más parecido a la consistencia de un “molote” poblano, producto de la mezcla de harinas de trigo y maíz, en forma de tortilla gruesa pasada por aceite caliente hasta quedar crujiente, como un molote. “El Cocinero Mexicano”, recordó el aventurero, registró en 1831 la receta de las “quesadillas” en el apartado de “Almuerzos ligeros dispuestos con tortillas de masa de maíz”, eran tortillitas chicas rellenas de queso fresco o añejo dobladas por la mitad, cocidas con “un hilo de escobeta o pita, puestas sobre un comal para derretir el queso del interior”


La técnica cambió, del trapo se pasó al plástico, a la masa se añadió polvo de hornear para inflar el molote, y en lugar de manteca se usaba aceite del 1 2 3. Las familias privilegiaban comprar en los puestos donde el aceite no estaba quemado. El molote se convirtió en alimento de media tarde y noche, propio para después del Rosario, la misa de 7 o la visita a la casa de los compadres. ¿Y el nombre, de dónde viene? Todos callaron. ¿Será por el envoltorio llevado en las ancas del caballo? Los molotes llegaron, por desgracia eran de un tamaño enorme, grasosos, la masa no era de maíz con harina, el sabor crujiente no apareció ni siquiera en las orillas. La llegada de “maseca” está acabando con los molotes, con su textura, con su sabor. Cosas de la modernidad, pensó Zalacaín.


viernes, 17 de octubre de 2014

                                             POZOLE 

El pozole es uno de los platillos más representativos de la comida mexicana y es, quizá, el plato por excelencia para celebrar las Fiestas Patrias.
La historia del pozole se remonta a la época prehispánica y tiene un origen que resulta fascinante.
Era un símbolo ceremonial para los aztecas, y sólo podía ser consumido por los sacerdotes de más alto rango y el emperador en ocasiones muy especiales, como algunos festejos religiosos.
Los aztecas consumían el pozole preparado con carne humana y es ahí donde radicaba principalmente el carácter ceremonial de este platillo.

La carne humana provenía posiblemente de los guerreros que eran sacrificados en ritos de adoración al sol. Tras la Conquista, los españoles sustituyeron la carne humana del pozole por carne de cerdo, “que aparentemente tiene un sabor similar”.



A pesar del cambio de ingredientes y el significado inicial que tenía el pozole, el consumo de este platillo se mantuvo entre los indígenas. El pozole, al igual que otros muchos elementos culturas prehispánicas, sufrió una adaptación y permaneció, aunque dejó de ser un platillo exclusivo de altos mandos religiosos y políticos.
Una de las cosas que se mantiene del pozole original es el maíz cacahuazintle, el cual tenía un significado dentro de la cosmovisión de los aztecas por su color blanco.
Para los aztecas, el color blanco se asociaba con personajes septentrionales como Iztacmizcóatl, la Blanca Serpiente de Nubes.
                                      
El pozole antiguo que combinaba maíz, base de la cultura mesoamericana, y carne humana tenía un profundo significado para los aztecas, “significaban el rito donde se verificaba la dualidad permanente de la visión mística del nahua: origen y fin, cielo y tierra, día y noche, simbolizado de muchas maneras en sus artes, en su filosofía y en sus ritos: Quetzalcóatl que repta- vuela con la serpiente-águila, en su condición terrenal-divina”.
El pozole tenía una función ritual para los aztecas; los hacía participar del rito de la creación.
“Comiendo el alimento sagrado, místico, el sacerdote participa directamente en ese rito. En ese sentido no es muy diferente a la liturgia sagrada de los católicos en la comunión: la hostia y el vino representan, simbólicamente, la sangre y el cuerpo de Cristo”.

                               

 Ingredientes:
- 1 kilo de maíz cacahuazintle descabezado
- 1 cabeza de ajo entera
- 1 ¾ de lomo o de pierna de puerco
- 400 gramos de patitas de puerco bien limpias
- 1 cebolla partida a la mitad para cocer las carnes
- Sal al gusto
- 6 chiles anchos desvenados, despepitados y remojados en agua muy caliente
- 1 cucharada de orégano- Caldo donde se cocieron las carnes, el necesario

Nota: La carne de cerdo la puedes reemplazar por pollo si así lo prefieres.

Para acompañar el pozole
- 2 lechugas orejonas medianas en rebanadas delgadas
- 1 manojo de rabanitos bien lavados y rebanados
- 2 cebollas medianas finamente picadas
- Limones partidos en cuarterones
- 16 tostadas
- Salsa picosa

Para la salsa picosa
- 20 chiles de árbol asados y despepitados
- ½ taza de vinagre
- Sal al gusto